viernes, 7 de octubre de 2011

La fiesta terminó





Te invité al cajón de mi ropa, a mi hueco del sofá, al café que nunca terminé, a esa canción que me hacía llorar. A las noches que no pegaba ojo, a las flores que nacían en mi inmenso jardín, a los números que a veces son rojos, a las letras que hablaban de ti y de mí.
Yo que me creía una experta en la situación, esperaba paciente tu llegada, y a soplos se durmió el corazón. No imaginé tu robo a mano "amada" y qué ingenua y tonta que fui. Los besos prometen más de lo que callan y tú besaste hasta que te descubrí.



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