Eres común denominador en todas mis circunstancias. Apareces unas veces con el pensamiento, otras con tu presencia. Llegas y el mundo parece que da un giro de 180º y lo que antes era aburrido, rutinario, monótono, ahora tiene sus encantos en las pequeñas cosas. Ay, qué tontos nos volvemos con el amor...
Y qué parecido todo lo que se escribe de él. Aunque eso ratifica que existe, que nadie puede convencernos de lo que realmente es o debe ser, porque tenemos nuestra propia experiencia. Y menos mal que existe...
Es como un bote salvavidas al que te aferras cuando sabes que vas a hundirte. Puede que no te hundas y te congeles, pero parece que un miedo se esfumó para que llegara otro nuevo. Me parece el símil más parecido: te enamoras y desaparece la soledad, pero automáticamente temes que vuelva acompañada, además, de un recuerdo o de un olvido.
Y a mí que no me vengan con "Siempre nos quedará París", porque París no me hace sentir especial por mucho que lo sea ella. Es mucho más complejo, como el mecanismo de un reloj escondido bajo la simple apariencia de un par de agujas que dictan la hora.
Porque si un ser humano ya es difícil de entender... ¡Cómo no lo van a ser dos!
Eso precisamente hace que sea todo tan "flow", tan mágico y florido, perfecto me atrevería a decir. A pesar de que las uniones producen chispas, las formas pueden llegar a encajar de manera exacta. Entonces, y solo en ese momento, sientes la humanidad por completo, el sentimiento que nos hace especiales y por completo únicos. El amor es el sentimiento que define al hombre.
ResponderEliminarUn saludo, espero que permita mis intromisiones en su blog. (Gesto de despedida con el sombrero, boina, o los dedos)
Es exactamente eso :)
ResponderEliminarMuchas gracias por comentarme y pásate siempre que quieras!
Un saludo ;)