martes, 11 de octubre de 2011

¿Qué está pasando?


Se lee, se comenta o reflexiona y se tira.
Ese es el ciclo de vida resumido del periódico desde que cae en las manos del lector.
Y cada vez menos son los que van al kiosco por las mañanas a comprarlos, la red nos ofrece rapidez y comodidad. Y para más inri, ya hasta lo regalan desesperadamente por las esquinas. Parece que te dicen "¡Léeme a mí, A MÍ!" y te atraen con apetitosas colecciones de DVD's o abanicos, para todos los públicos y gustos.

La letra pequeña marea mucho, los grandes titulares son los que triunfan con nuestra atención (además de las fotografías... ¡Cómo nos gusta una!) 
El nombre de quién lo escribe, rara vez, se lee. Supongo que sólo los habituados a este ritual diario de la información tendrán conocimiento de las formas, estilos, opiniones de los periodistas. 


Debería ser un compromiso, una cita con la actualidad, que nos mantiene conectados con el resto del mundo. Y detrás de ese puñado de hojas con su olor característico, se encuentran personas que se encargan de ofrecerte el desayuno informativo, caliente y listo para servir.
Con intención de crítica, de cambio y repercusión. Y, por supuesto, bajo la influencia de ideologías que manchan un poco la objetividad que debería ser intocable.

Y no sé qué tal se verá desde dentro, pero desde fuera parece tentador.
Así que creo que me voy a dejar llevar...


1 comentario:

  1. A la gente no le gusta la realidad.Le gusta el mundo sin noticias de relevancia internacional o nacional. Lo que realmente quieren es distracción.No te preocupes que aun hay gente que se informa.

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